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Tiene una personalidad un tanto presumida, presumiendo de la vida sexual anhelada, sin embargo, en el instante del acto, estas personas llegan a ser grandes seductores y a veces exploradores de placer.
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Entonces, la orientación sexual es la simple inclinación sexual cara otra o bien otras personas, mientras que la identidad de género es la convicción de pertenecer a un género determinado y el pensar y actuar conforme a este.
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Cuando transcurra 1 mes, los 3 meses y los 6 meses, os reunís y contabilizáis cuánto dinero tenéis si en ese instante vendierais las acciones. Quien tenga mayor cantidad de dinero gana, y el que gana obtiene la recompensa que desee.
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No tengo límite a la hora de cautivar, de provocar, de excitar, de dejarme mimar … Imagina cuanto quieras conmigo, lo vamos a hacer realidad.
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Mírense profundamente a los ojos y aprovechen esta oportunidad para conectarse emocional y físicamente. ¡Cuando te vuelves bueno en la técnica de alineación coital, puedes usarla de forma fácil para lograr un orgasmo simultáneo!
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Tienen muchos temas para conversar de acuerdo a su nivel sociocultural y saben de lo que charlan. Si no saben estudian. No les complacen los prejuicios ni las creencias que no tienen un argumento basado en algo firme, mas admiten hipótesis si éstas tienen algún asidero lógico.
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Debe entender que no se trata de una liturgia exterior que de alguna forma puede resultarle beneficiosa, sino más bien de un proceso o rito destinado a despertar las fuerzas originarias que permanecen dormidas e inactivas dentro de él.
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La vida se llena de desamores sin darnos cuenta, los cambios departamentales en las compañías, los cambios de turnos en el trabajo, salidas con amigos, aficiones que nos absorben… desmontan nuestros hábitos cariñosos.
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La parte dominante puede imponer a la sumisa una penitencia de escritura consistente en copiar 100, 200 o bien 300 veces una oración que tenga relación directa con la falta que, cometida por el sumiso, le ha hecho merecedor del castigo.
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Ordena a tu sumiso que te traiga el cepillo para el pelo (o cualquier implemento que hayas elegido), ¡de inmediato! y espera a que regrese, con la cabeza colgando de vergüenza y miedo mientras te entrega el temido dispositivo.
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